jueves, abril 22
Los libros (me) hablan
Una vez más he comprobado que los libros me hablan en el momento en que me viene bien leerlos. Aunque sigo sin saber cómo demonios lo saben. Para muestra, la anécdota de cómo llegué al actual libro en turno, cuya viejísima portada ilustra este post.
Resulta que estaba yo el otro día a la mitad de uno de Murakami (ese de El fin del mundo...) cuando, a cuento de nada, recordé que en mi pila de 'por leer' estaba Los hermanos Karamazov (comprado por recomendación de M., cuando estábamos en la universidad). Me dije que a lo mejor ya era tiempo de no seguirlo postergando. Pero sólo me lo dije y lo dejé pasar. Seguí con mi lectura para, curiosamente, encontrarme con que algunas páginas después, el personaje de Murakami se preguntaba cuántas personas eran capaces de recordar los nombres de los hermanos Karamazov. Párrafo en el que dejó de haber algo qué pensar. Aquel era el siguiente en la fila. Así que me paré a buscarlo en el librero, aunque no di con él sino hasta como tres días después.
Recién lo he empezado, pero ya estoy enganchada. Siento que apenas viene lo mero bueno. Con unas cuantas páginas me ha quedado claro que sólo ahora estoy en posibilidad de comprender muchas de las cosas que aborda la historia y sus personajes, como las cuestiones de fe, de religiosidad y espiritualidad. Y justo de lo incomprensibles que me hubieran resultado en otro momento hablabla yo en la comida (sin haber hecho mención al título), cuando A. me preguntó qué libro leía y decirme que estaba a punto de recomendarme... Los hermanos Karamazov. ¿Ven cómo si (me) hablan los libros?
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