–Every morning, when we wake up, we have twenty-four brand-new hours to live. What a precious gift! We have the capacity to live in a way that these twenty-four hours will bring peace, joy, and happiness to ourselves and others... Every breath we take, every step we make, can be filled with peace, joy, and serenity. We need only to be awake, alive in the present moment*.
Anoche estaba leyendo un libro y me encontré con este pasaje de arriba. En otro momento, fuera de no estar leyendo un libro que contuviera pasajes de este tipo, habría dicho que de tan obvias las palabras, resultaba una enseñanza tonta. Pero hoy creo lo contrario... Las palabras son simples, pero no necesariamente el comprenderlas. Mucho menos el asirlas durante 24 horas cada 24 horas. Pero anoche también m
e quedé pensando que en vez de lidiar con los días en términos de lunes o viernes o domingo (ya tan impregnados de cierto carácter), resulta harto conveniente para el ánimo hacerlo sólo en términos de las 24 horas que nos son entregadas al abrir el ojo lagañiento cada 24 horas. Sea para que vivamos sumidos en la misma mierda de siempre o para hacer de ellas algo diferente, aunque sea de vez en cuando y sólo para no sentirnos protagonistas de una versión personalizada de Groundhog Day. O seguirlo siendo, si eso es lo que nos hace felices.
*El pasaje fue escrito por Thich Nhat Hanh, en Peace is Every Step.
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