sábado, abril 3

Ah, un picnic entre cerezos




Hace unos meses, cuando vi Las flores del cerezo, me prometí que antes de morir tendría que caminar por uno de esos exquisitos parques japoneses cubiertos por cerezos en flor. Y también hacer un picnic, a la usanza del Hanami, el festival que se organiza en primavera en aquellas tierras para dar la bienvenida, justamente, a las flores del cerezo o sakura. ¿A qué vino esto? Pues nada, simplemente me acordé de ello y volví a emocionarme. Si en fotos es un paisaje que llena el ojo, seguro que en vivo lo rebasa. Ya les contaré algún día.

4 comentarios:

  1. Tres personas me han hecho enamorarme del Japón y prometer lo mismo: Mishima, Kawabata y Murakami. Algún día iré sólo a ver jardínes.

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  2. Bueno, y a comer todo eso que describe Murakami que cocinan sus personajes, ¿no? Un amor por la comida que también contagia Amèlie Nothomb. Algún día, pues.

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  3. También está el amor por la música, aunque esa suele ser en inglés y nos queda mucho más cerca.

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