lunes, julio 26

Epifanías que todo lo cambian


El otro día, sentada, atenta a mi respiración, tuve una epifanía: descubrí que todo y todos somos parte de un gran, enorme, infinito y luminosísimo corazón, aunque no lo notemos. Del que nos sentimos aislados sólo porque queremos. La verdad es que todavía no me recupero de la impresión. De ahí mi ausencia, de ahí mi repetición constante de la palabra corazón. De ahí que parezca que se me escapan las palabras adecuadas...

*No encontré un corazón como el de mi epifanía, pero encontré esta escultura gigante de Pepón Osorio y me gustó. Y es que, habiéndolo reflexionado largamente, acepto que aquel con el que me encontré es indescriptible.

1 comentario:

  1. Me encanta esa idea. 'Todos somos parte de un gran corazón'. Y, aunque creo que no fue a través de una epifania, también he sentido eso, que todos latimos al mismo tiempo.

    Saluditos.

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