Los vientos dan vida; las sombras, paz.
Me gustan los panteones. Caminar por ellos. Contemplar las lápidas, los mausoleos, las tumbas, las esculturas, las flores que los habitan. En buen estado o derruidas. O a medio camino entre uno y otro. Pero, sobre todo me gustan su paz y su silencio tan peculiares. Hoy que caminamos por uno, lo recordé. Como también mi amor olvidado por apretar el obturador.
*La última foto es obra del mareado. Y la frase la tomé de una de las lápidas del panteón.
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