jueves, junio 25

"I'm sorry Mr. Jackson"

3:00 p.m. La muerte de Farrah Fawcett nos dio de qué hablar por la mañana. A algunos más que a otros. Ellos rememoraban su atractivo de poster; nosotras, las ondas de su cabello. Daban cuenta uno que otro post en twitter y facebook. Un ícono más se nos había escabullido.Y en el aire se respiraba cierta incertidumbre. En voz alta o en silencio, todos nos preguntábamos quién le seguiría los pasos. Por aquello de que los famosos se van de tres en tres. Una racha que se había encargado de inaugurar David Carradine. De algún modo, esperábamos un nombre más pero, en definitiva, no con el que salió la lotería de la muerte. 

3:10 p.m. Tuit.

3:30 p.m. Entre los usuales chistes, comentarios, reflexiones, links a canciones, fotos, blogs y noticias aparecieron temerosos los primeros twitters preguntando si Michael Jackson sería el siguiente en unirse al trío fatídico. Algunos por ahí repitieron lo que empezaba a circular con cautela en la red noticiosa: que Michael Jackson había sido llevado al hospital de emergencia. Un posible ataque. El tópico nos puso en alerta. Podría no ser una tarde cualquiera de jueves.

3:31 p.m. tmz.com/cnn.com/foxnews.com...

3:43 pm. Tuit.

4:00 p.m. Los rumores sobre un posible ataque cardiaco no habían terminado de esparcirse cuando sitios como www.tmz.com o el de PerezHilton ya lo estaban dando por muerto. Sí, por muerto. La pólvora digital hizo que no se dejara sentir el letargo tras la hora de la comida. Twitter y facebook empezaron a sumar actualizaciones minuto a minuto, segundo a segundo. Sí se murió. No se murió. No todavía. Nadie lo confirmaba.

4:15 p.m. tmz.com/cnn.com/foxnews.com/reforma.com/perezhilton.com/bbc.co.uk...

4:20 p.m. Refresh. Refresh. Refresh. Nada en firme. Tuit. Tuit.

4:30 pm. La blogosfera empezó a volverse monotemática. En minutos, Michael Jackson salió de nuestro semi-olvido colectivo y llegó a la cima de nuestros tópicos. Algunos recibimos llamadas. Se nos abrieron nuevas ventanas en el chat. ¿Es cierto?, ¿Se murió Michael Jackson?, nos preguntábamos los unos a otros con esa automatía que impregna la tragedia. Olía a la que la respuesta sería un sí, aunque muchos esperaran un no, todo fue un error.
 
4:35 p.m. Refresh. Refresh. Refresh. Los mismos reportes. Tuit.Tuit.Tuit.

4:45 p.m. El mundo se paralizó, pero estaba conectado, en vilo. Poco a poco el suspenso nos obligó a hablar. "Que se murió Michael Jackson", empezó a cuchichearse. "¡Nooo!", empezó a exclamarse. Nuestras conversaciones fueron elevando el tono de voz. Como un eco, se fue repitiendo en los pasillos. Los sitios de noticias vieron sus ratings dispararse en cuestión de minutos. Tuit.

4:47 p.m. Refresh. Lo mismo. Refresh. Lo mismo. Refreshrefreshrefresh... ad infinitum. Los internautas abríamos una tras otra ventanas de sitios informativos. La incredulidad de los fans más fans poco a poco se traducía en conmoción. Tuit.

5:00 p.m. Empezamos a prepararnos para la noticia. Nos evidenciaba la crueldad de las bromas. Había tela de dónde cortar. La supuesta pederastia de Michael Jackson. Su bancarrota. Su piel decolorada. Su nariz destrozada... "Que le avisen a San Pedro para que esconda al niño Dios". "Que los médicos se equivocaron, que así es de pálido". "Que sus hijos finalmente podrán ver el mundo a colores"... Todos teníamos una broma que contar. Un chiste que inventar.

6:00 p.m. Llevábamos ya más de una hora derrochando ingenio y humor. El más negro imaginable. Compitiendo por el Re-Twitt entre nuestros seguidores. 

6:10 p.m. Las citadas y ánonimas múltiples fuentes empezaron a adoptar nombres cada vez más conocidos... AP, LA Times, BBC. FoxNews y CNN seguían con la lengua mordida. Tuit. Tuit. Tuit.

6:15 p.m. Reportan... Aseguran... Dicen... Sostienen... Mientras las redacciones online se quedaban sin uñas por conseguir información certera, el mundo estaba a la expectativa. A la espera ávida de recibir YA, YA, YA una respuesta. "Una plegaria por Jacko", pedían algunos.

6:30 p.m. Refresh. Tuit. Refresh. Tuit. Refresh. Tuit....

7:00 p.m. "Michael Jackson dies". Lo aseguraba ya CNN, citando al city's coroner. La primera declaración con nombre y apellido. Con un timming más que perfecto. El día laboral llamaba a acabarse. En cuestión de minutos, después de confirmarse 'oficialmente' la noticia, la gente estaba lista para irse a casa. Tuit.

7:05 p.m. Las computadoras empezaron a apagarse.  La gente, a despedirse. Una detrás de otra. La incertidumbre del aire se había tornado en desconcierto. Aunque nadie decía nada. El flujo en twitter y facebook decayó con estrépito. Se hizo el silencio, dentro y fuera de la red. No había nada más qué decir: el Rey del pop había muerto. Tuit. 


*No, las horas de esta crónica no son exactas. Ni pretenden serlo.

2 comentarios:

  1. Por una parte, siento la nostalgia innegable de quien ha vivido en una redacción la mayor parte de su vida laboral... la histeria de la nota más esperada, pero que llega sin avisar; el paso del tiempo que se hace más lento cuando necesitas confirmar la información. Pero, por otra parte, no añoro estar metida hasta las tantas de la madrugada, acompañada de un jefe estúpido que del señor Jackson sabe menos que yo de astronomía.

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  2. A mí me sorprendió la locura del tiempo real. Es el primer suceso de esta magnitud en esta era 2.0 me parece y vimos que al menos para los que estamos "conectados" ya nada es igual.

    Herramientas como Twitter definitivamente han hecho que los esfuerzos de tiempo real de las redacciones online se vean paleolíticas.

    Ahora, la circunstancia exige otras cosas; ahora, comienza la locura por ver a editores realmente pensando más rápido y no sólo tecleando más rápido.

    Ahora, todo el mundo tiene la nota en segundos, y la generación Twitter espera ahora lo que sigue a la nota (la remembranza, el artículo de reflexión, los datos adicionales) ya no en la edición impresa de mañana, ¡sino a los 5 minutos!

    Y aunque sea una locura que las redacciones tratan de llevar esa ritmo frenético, más bien esta velocidad exige que los periodistas y redacciones deberían comenzar a revalorar ahora sí en serio la precisión de la información, la confirmación de los datos, los valores agregados de un cobertura multimedia online.

    Es decir, más que tratar de ganar la nota (¿a los tres mil portales que podemos ver en segundos?') hay que pensar más en qué se va a comunicar y cómo.

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