martes, marzo 9

Yoísmo


Yo. YO. yo. Yo. Yo. Yo. YO. yo. Yo. YO. YO. yo. Yo. YO. yo.yo.yo.yo. Yo. YO. Yo. YO. Yo. Yo. YO. yo.yo.yo. Yo. YO. yo.yo. YO. yo. Yo. Yo. Yo. YO. yo. Yo. Yo. Yo. Yo. YO. yo. Yo. Yo. Yo. Yo. YO. yo. yo.yo.yo. yo...

Ejem, ustedes disculparán. Es mi ego el que escribe a gritos, porque últimamente se me está sintiendo muy amenazado. Pero es que, claro, a quién le va a gustar que se le tache de fascista, totalitario y dictatorial. Pues no, a nadie. Menos a él. No le ha gustado nada que le diga de frente: "Ego: no eres mi identidad. Eres una barrera. Me traes corriendo, con tanta prisa, que no me dejas ni pensar tantito las cosas, para ver lo que estamos haciendo y por qué lo estamos haciendo". Se me enfurece nomás de oírlo.
Y entonces le entran estas ganas insaciables de reafirmarse y me hace unas preguntas muy, cómo decirlo, deterministas." ¿Y, entonces, sin mí, qué eres?, ¿y todos tus planes?, ¿NUESTROS planes para conquistar el mundo?". Y entonces yo le digo: "Estás de chequelete, mano". Y seguimos luchando. Él por plantarme nuevos deseos. Yo, por verlo a los ojos y decirle con una sonrisa: "Gracias, ya tuve suficiente". Los mantengo al tanto.

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