miércoles, abril 28

¿Una probadita?











Husmeando en mi iPhone, me percaté de la sorprendente cantidad de fotos de comida que he ido almacenando. Aunque no sé si lo más sorprendente es que recuerdo a detalle el momento y la compañía con las que devoré el plato o antojo en cuestión. Aunque haya sido un momento más que cotidiano. Lo que me hace pensar que para mí (supongo que para muchos otros también), la comida no es sólo la delicia de ir mordida a mordida a través de los sabores que me gustan, sino también la de compartirla con alguien. Así que ya saben: si alguna vez voy a comer con ustedes y tomo una foto, tengan por seguro que estoy guardando ese recuerdo en mi memoria. Sensorial y emotivamente.

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