Yo no sé si Cerati se irá a despertar del coma inducido sin un gramo de secuelas, para recordar todo esto que le pasa como un mal sueño. Puede ser. Puede que no. No nos queda más que esperar para saber.
Yo descubrí al argentino por Bocanada. De ahí conocí a Soda Stereo, cuando ya nada quedaba de ellos (les digo, se me dan tarde los descubrimientos musicales). Aunque hay varias canciones de Cerati como solista que me gustan, ninguno de sus discos me ha vuelto a envolver como aquel de la magnética foto azul. Pero ese no era el punto.
Con esto que le pasa a Cerati pienso en algo que siempre me ha resultado curioso: cómo nos cuesta trabajo aceptar lo natural (aquello de enfermar, envejecer y morir). Nos preguntamos cómo puede pasarle algo así a alguien de 'apenas' 50 años, talentoso, querido. Cómo puede estar en riesgo de muerte él y no otro más prescindible (para nosotros). Cómo puede ser que en un segundo cayera fulminado, si el anterior estaba bien; sobre todo cuando aún tiene tanto que darle al mundo (cómo sabemos esto, quién sabe). Pero en ningún caso hay otra respuesta más que: así, así como pasó. En un abrir y cerrar de ojos. Foc. ¿Que sorprende? Pues sí. ¿Que entristece? También. Qué más quisiera uno no ser confrontado tan de sopetón con lo ilusoria que es nuestra idea de certeza, de permanencia. De todo aquello que nos importa y de nosotros. En fin. Cerati: si tienes que volver, que sea en las mejores condiciones posibles. Si tienes que irte, se te extrañará.
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