lunes, junio 7
Shock bélico
Anoche, mientras veía el penúltimo capítulo de The Pacific (la hermana menor de Band of Brothers), caí en esa especie de pasmo que me da al pensar en los latigazos mentales y emocionales que debe sufrir un hombre que ha estado en combate. Y si hay algo que en particular resuena en mi corazón es ese fugaz momento en el que un soldado, fusil cargado, se enfrenta cara a cara al enemigo (ese ente malévolo y amorfo del que le hablaron en su entrenamiento) y se percata de un detalle nimio, pero que todo lo trastoca: que a quien está por matar es, como él, un ser humano, también esperado de vuelta en su propia casa... Cuando comprende que ese que corre hacia él desaforado, lucha por una causa que cree tan justa y valiosa como él mismo considera a la suya; y su cuerpo, insuflado exponencialmente de deseos de sobrevivir, es tan perfecto como para congelar (aunque sea de forma temporal) semejante revelación y jalar del gatillo antes que ser muerto. Y luego, a seguir andando. Foc. Foc. Foc. Invariablemente pienso que, de regresar a una vida sin uniformes y bayonetas, esos hombres que han ido a la guerra (y que aún van), requieren un abrazo de consuelo que nadie sobre la tierra es capaz de darles.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Anda, anda, escupe...