lunes, junio 14

Un hoyito en mi corazón



*Para Denzel

En tan sólo un par de días habrías cumplido 13 años exactos. Algo así como 91 humanos. Lo sé con precisión porque recién hurgué en mis cajas de fotos y encontré unas impresiones de cuando tenías días de nacido marcadas con la fecha. Casi 13 años no es poca cosa. No me parece casualidad que tu cuerpo decidiera que ya iba siendo hora de cerrar los ojos y reintegrarse a ese todo que sopla vida al universo. Hoy de una forma y mañana de otra. Me alegra saber que ya no sufrirás de achaques. Tanto como me entristece saber que no podré volver a abrazar tus metros extra de pijama. Aunque algo de consuelo es haberlo hecho una última vez hace poco. Ah, pero en tu lugar dejas inagotables buenos recuerdos y futuras sonrisas. Como el día en el que decidimos que tú y yo nos íbamos a entender dadas tus simpáticas manchitas en las patas. Todas las veces que te tiré de la cama (a la que te subía a escondidas), antes de que fueras intirable, claro. Todos aquellos suéteres y blusas que desgarraste del tendedero. Todos los objetos babeados y mordidos. Esos clavados gozosos que te dabas en cualquier charco de agua. Todos los sábados contenidos en el año que pasamos en entrenamiento. Cuánto dejabas que Bruno, luego Pipo y luego Taco te mordieran las orejas o los bigotes. Tu emoción desbordada para subir al auto y salir a dar un paseo. La fuerza con la que jalabas del collar y la correa. Incontables lengüetazos como muestras de cariño. La siempre firme demanda de recibir unas palmadas en la cabeza. Escucharte respirar al pie de la cama. Verte correr tras la pelota o un tronco. El enorme lazo que tendiste con mi padre. Lo mucho que acompañabas a mi madre. Nunca dejar de saludarme como si aún viviéramos juntos... Cientos y cientos de hermosos gestos que sólo quien ha compartido tantos años de su vida con un perro sabrá de qué hablo. Gracias Denzel, por ser el perro que fuiste. Un abrazo más, abierto para siempre.

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Anda, anda, escupe...