lunes, agosto 9

Cosas que no comprendo


Hace 65 años cayó sobre Nagasaki la segunda de las bombas nucleares (la primera cayó el 6 de agosto sobre Hiroshima) con las que Estados Unidos, con Harry Truman como presidente, decidió atacar a Japón durante la Segunda Guerra Mundial, para ver si así ya se acababa esta. Cosa que sucedió unos días después con la rendición japonesa.
Cada año, desde que recuerdo, me impacta pensar en esta decisión en particular. Sé las razones aludidas, sé el contexto: me lo contaron en mis clases de historia. Pero lo cierto es que cada año comprendo menos cómo alguien fue capaz de llegar al extremo de decir sí a la detonación de BOMBAS NUCLEARES (cínicamente apodadas Little Boy y Fat Man) sobre un par de ciudades y cargarse a cientos de miles de personas de un botonazo. Simplemente, me parece inaudito lo soberbio y estúpido que puede llegar a ser el hombre. Inauditas las atrocidades que puede cometer en contra de su propia especie. Son cosas que, en verdad, me dan mucha tristeza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Anda, anda, escupe...